Cae MOLINA BAZAN. Aunque en realidad, nunca subió

1ANTISTENES

Ahora si, quien por mucho tiempo se sintió poco más que Presidente Municipal en Morelia, está de “rodillas y en el piso”. Me refiero a Jorge Molina Bazán, dirigente del Sindicato de Empleados Municipales Administrativos y Conexos de Morelia (Semacm). Humano que al fin siente el derrumbe del techo sobre sus hombros y cabeza.

Luego de que medios de comunicación locales dieran a conocer las denuncias de cuatro mujeres que acusan a Molina Bazán de haber abusado de un “poder” que se adjudicó y utilizó en contra de ellas, la debilidad se apodera de quien hacía y deshacía a su antojo en las administraciones municipales, utilizando a los agremiados al Semacm de acuerdo a sus intereses del momento.

La debilidad de Molina no puede ser mayor, pues independientemente de esperar la resolución del caso por parte de las instancias correspondientes, se ha dado a conocer que el señor Molina hacía sentir a sus agremiados que “si no estaban bien con el” , no estarían bien en su trabajo, cuando como dirigente sindical no tiene injerencia alguna  con las decisiones de la parte patronal, que es el pueblo de Morelia representado por el gobernante en turno.

Ya es del conocimiento público que las manos de JORGE MOLINA  no se mueven con la pulcritud que demanda estar al frente de los intereses de un gremio tan respetable como el de los empleados del municipio. Los trabajadores, por su parte, tienen ya en sus manos la información que necesitaban en relación a que JORGE MOLINA BAZAN NO ES SU PATRON, ni su guía espiritual. Es un compañero al que se le dio el privilegio de representarlos ante el Gobierno municipal y punto.

Ahora es cuando los morelianos recuerdan que el “poder” que se creyó Molina tener de por vida, le ganó incluso, haber mantenido cobrando como Regidor durante la administración municipal pasada, a su hijo de mismo nombre con Sánchez por segundo apellido, habiendo resultado una ofensa mayúscula, porque se utilizó el recurso del pueblo para mantener a un joven sin oficio, ni ideas, en una silla que le quedó muy grande y sólo por ser hijo del dirigente sindical de los empleados.

Ahora es cuando podría darse la desbandada de trabajadores hacia el  Sindicato Demócrata de Empleados Municipales de Morelia, que por cierto, ha sacado la cara para respaldar a las denunciantes en sus legítimos derechos. Una vez que se comprueba la corrupción propiciada y practicada en el Semacm, saben los empleados del municipio que es su decisión seguir apoyando al dirigente vitalicio del viejo sindicato municipal o le dan la confianza a quienes están trabajando con la bandera de cambio y mejoras para los trabajadores, basados, dicen, en el respeto a los derechos humanos y laborales de cada uno.

La decisión es de cada uno, pero las razones y opciones están sobre la mesa…

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